martes, 10 de noviembre de 2009

Relato.


Entonces habían pasado 6 años desde que el tornado había arrasado con la mente de Andy. Muchos años de estar invertido (posición fetal a umbilical) y así sucesivamente. Un embarazo promiscuo entre neuronas y nervios. Lengua con lengua, (respiración). Cayó con determinante intensidad a la interminable euforia de dialectos y cuestionamientos mentales. Una tormenta, un ciclón. Un cenicero repleto de colillas sumergidas en humedad y viento desértico. Reclinado, cuasi preparado para despegar, se despachó a descansar libremente.
Un minuto en el colchón de los perturbados puede costarte toda una vida de logia-ilógica-demencia-velocidad-amargura- y desasosiego eterno.

-¿Esa luz es azul?
- Esa luz es violeta.
- Siento cosquillas en las palmas.

Dieron a luz a la locura. Iluminados por los fuegos cerebrales daltónicos. Extrema dureza y caparazón de cuerdas. Sonrisas brillantes y muecas dibujadas.
Iluminación, gesticulación. Un encuentro. La celebración había comenzado.


- Enséñame
- Oblígame
- Abrázame
- Escúchame


Usaron la cabeza como un puente. A fuerza de abrelatas. Caminaron durante horas en una cascada en forma de espiral. Fusionados (primer espasmo). Pero no miraron atrás, continuaron resbalando por pasillos cada vez más estrechos. Y sentían el descenso, una fuerza que desde abajo gritaba por sus ausencias.


- ¿Tenés pulso?
- Tengo frió. Estoy helado.


Se acelera. Se acerca el momento de la separación. La división de células fluyendo como cables en las paredes del cuarto. Y ese zumbido, más q un zumbido, ruido blanco en degradación muscular. Estirando las imágenes, cortando en rombos (Tum- tum- tutum)
Aterrizaron directo en el E.C.A (Estado Conciente Activo) una vez más.


Las calles alumbradas y balcones con plantas verdes (muy brillantes esa noche) siguieron su sombra deformada por todo el trayecto hacia la casa. Eran las 4 de la madrugada. El frió congelaba las ultimas gotas de sudor que le quedaban atascadas cerca de la garganta. Cortaba, pero faltaban pocas cuadras.
La esquina estaba despoblada como siempre. Pero ya no se sentía como antes.

Entraste, apagaste las luces. Caminaste a oscuras durante unos minutos hasta encontrar las cortinas y las abriste a pesar de que la luz q entraba era solemne (un clásico de las lunas invernales). Y no te dormiste.


PH: Walker Evans - Polaroids

3 comentarios:

  1. Lo tengo en mi pc hace rato.
    Es genial ese texto.

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  2. Tuyo por la manera de mostrarte que tenes.
    El relato.
    Y la música que hay ahí, tanto en la disposición de las palabras como en las imágenes.

    Tuyo, no cabe duda.

    Neuronas
    Nervios
    Cuerdas
    Caparazón
    Espiral
    Espasmo.


    Tuyo.

    ¿puedo darte el abrazo?


    (L)

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  3. Un minuto en el colchón de los perturbados puede costarte toda una vida de logia-ilógica-demencia-velocidad-amargura- y desasosiego eterno.




    yo te pregunto si puedo darte un abrazo.
    te lo doy y ya...

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