viernes, 1 de junio de 2012
La Yerba del Diablo.
Lunes, 28 de enero, 1963
-Si completas con bien el segundo paso -dijo don Juan-, sólo podré enseñarte otro paso más.
Al ir aprendiendo sobre la yerba del diablo me di cuenta de que no era para mí, y ya no adelanté
más en su camino.
-¿Qué le hizo decidir en contra de ello, don Juan?
-La yerba del diablo estuvo a punto de matarme todas las veces que traté de usarla. Una vez
me fue tan mal que me di por acabado. Y sin embargo, yo habría podido evitar todo ese dolor.
-¿Cómo? ¿Hay alguna manera especial de evitar el dolor?
-Sí, hay una manera,
-¿Es una fórmula, o un procedimiento, o qué?
-Es una manera de agarrarse a las cosas. Por ejemplo, cuando yo estaba aprendiendo sobre la
yerba del diablo, era demasiado ansioso. Me agarraba a las cosas de la misma manera que los
niños agarran dulces. La yerba del diablo es sólo un camino entre cantidades de caminos.
Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente
que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo
ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Sólo entonces
sabrás que un camino es nada más un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en
dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo
debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con
intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo,
una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo. Mi benefactor me habló
de ella una vez cuando yo era joven, y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la
entendiera, Ahora sí la entiendo. Te diré cuál es: ¿tiene corazón este camino? Todos los
caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Puedo
decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte.
Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor, ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene
corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará
maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.
Carlos Castaneda - Las enseñanzas de Don Juan
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